Merluzeando

Estaba en el trabajo, fui al baño a poner un huevito. Da la casualidad de que ese día estaba con la tripa un poco rara. Era uno de esas ocasiones en las que sientes que vas a hacer aguas mayores y luego, en realidad, lo que haces es soltar una batería de pedos y punto. Así que sin apenas esfuerzo, y en cuanto noté la porcelana en mis muslos se me escapó un pedete. Fue pequeño, pero me pareció que aquello era sólo el silbato que daba comienzo al partido y que detrás de ese pequeño pedete, aguardaban muchos más…

En eso que oigo el chirrido de la puerta del baño abriendose. Oigo las pisadas de un extraño que se dirige a los urinarios. Será un compañero, claro está, pero no sé quién es. Le oigo soltar el río de la vida y un suspiro de alivio.

Mientras, yo trato de contener un pedo a las puertas de hojaldre. La fuerza del gas metano empuja y empuja y empuja. Soy incapaz de sostenerlo un instante más. Es como si tratara de detener una ola del mar, la fuerza de la naturaleza es incontenible. Así que suelto un pedo de esos astronómicos “in stereo where avaible”.

¡POOOOMMMMMMMMMMMMMMM!

De pronto, escucho cómo al extraño se le ha cortado la meada. Un silencio incomodo y tras él, un golpe. Como de un peso pesado cayendo al suelo.  Se me pasan mil cosas por la cabeza pero la que tiene más sentido es tan hilarante que no me lo creo ni yo. ¿¿¿No lo habré matado con mi gas letal???

Espero un rato más, poniendo toda mi atención en el sentido del oído pero nada. No escuché el chirrido de la puerta, ni pasos alejandose, ni nada. Tras el sonido de un cadaver contra el suelo no se volvió a escuchar nada más.

Abro la puerta del váter y salgo temeroso a la zona de los urinarios.  Esperaba encontrarme un fiambre con una mueca retorcida en la cara. Pero allí no había nadie. Miro a mi alrededor y nada. Cero. Vacío. Estoy yo solo en el baño. ¿Lo habré soñado o es que estoy infectado por mi propio gas que en realidad no es letal sino venenoso y provoca alucinaciones?

Salí del baño bastante mosqueado, pensando que alguien me estaba gastando una broma o que había tenido mi primera experiencia extra-sensorial (en plan Cuarto Milenio).

Le he contado esta experiencia a mis familiares y amigos. Nadie me cree. Todos piensan que lo que escuché podría ser cualquier cosa. Pero yo sé lo que oí.

Mis pedos son capaces de matar a un hombre. Y alguien en mi empresa conoce mi secreto, y no sé por qué está ocultando a las autoridades lo que hice.