Merluzeando

De un tiempo a esta parte se han puesto de moda dos términos. Pueden ser fácilmente las palabras más “asquerositas”  que se usan en este país. Creo que Cervantes se revuelve en su tumba y hasta vomita cuando alguien dice Cupcake o Hipster.

Para mí, una cupcake es una magdalena aunque lleve trocitos de chocolate belga al 70% con un toque de naranja. Y un hipster es un moderno. Y en mi humilde opinión; magdalenas y modernos los ha habido siempre.

De hecho, cuando llegué a Madrid (hace ya algún tiempo), una chica me invitó a una fiesta en su casa y fue entonces cuando descubrí lo que era “el moderneo”.

Merluzo Martínez Soria

Para acudir a mi primera fiesta en la capital, me armé con un pequeño ejército de amigos de mi ciudad natal, (y varias botellas de J&B). Nada más llegar me di cuenta que había hecho bien en aparecer con mi séquito porque aquello parecía sacado de Alicia en el País de las Maravillas.

Las paredes de la casa estaban decoradas con lunares grandes de colores básicos. Y por todas partes aparecían fotografías en blanco y negro de iconos fácilmente reconocibles con un bocadillo de tebeo que simulaba que el personaje decía algo. Te podías encontrar a Bruce Lee con un fondo de una explosión rosa y verde pistacho que decía: “MeNUdas FIestAS OrgANIza SOniA, No?”

 A mí me parecía que había aterrizado en Marte.

Los marcianos que allí estaban (el resto de invitados) eran gente muy rara con bigotitos-pop que se movían con aire naif y distraído mientras tomaban algo en una copa de cocktel con muchas cosas dentro. No sé de qué hablaban pero era algo sobre Kafka o sobre si a Schopenhauer era mejor leerlo en alemán… Mientras tanto, sonaba sin parar una canción que se puso de moda por aquel entonces  que era básicamente un sílbidito pegadizo (Young Folks de Peter, Bjorn &John).

Mis amigos y yo nos atrincheramos en la cocina y empezamos a beber a lo burro. Como si hiciéramos un botellón pero bajo teja. No salimos de allí durante toda la noche. Estuvimos todo el rato tomando copas a nuestro rollo, hablando de tetas y fútbol. No interaccionamos casi nada con aquellos marcianos…

En un momento dado y cuando ya íbamos muy cargados, a alguien se le ocurrió la feliz idea de invadir el salón donde se encontraban los modernos en su estado de semi-inconsciencia intelectualoide y hacer que sintieran vergüenza ajena de nosotros, o por lo menos, incomodarlos un poco con nuestro “garrulismo”.

Así que, salimos de la cocina y (como si estuviéramos en una justa y levantáramos nuestra lanza contra el adversario) corrimos todo el pasillo entonando la consigna ¡A POR LOS MODEEERRRNOOOSSS!!

Y de manera salvaje irrumpimos en el salón. Todos los modernos nos miraron extrañados, (habían escuchado nuestra consigna desde el pasillo). Nos plantamos allí en medio y un amigo empezó a hacer la doble cascada* mientras todos coreábamos: ¡BEBE! ¡BEBE! ¡BEBE! ¡BEBE!

//*Doble Cascada: consiste en coger dos botellas de alcohol (normalmente whisky) una en cada mano y levantarlas por encima de la cabeza y verter el contenido directamente en la boca hasta llenar el recipiente (la cavidad bucal) y pegar un super-trago.  Se aconseja no hacer más de dos seguidas si no quieres acabar inconsciente en el hospital.//

Nos echaron de la fiesta (obviamente) y mi amiga no volvió a ser mi amiga nunca más. Pero el momento mereció la pena. Habíamos luchado con honor contra los modernos.

En fin, supongo que a esos tipos ahora los llamarían hipster, pero para mí son el mismo perro con distinto collar.

Pero el tiempo pasa y la gente cambia, o puede que la capital haya podido conmigo porque hay quien incluso dice que yo soy un hipster, cuando yo siempre me he considerado más garrulo que otra cosa.  Pero claro, la verdad es que… alguna vez he llevado un bigotito-pop, me gusta la música indie (no toda, pero he de reconocer que me gustan varios grupos de esa esfera), tengo Instagram y hago fotos con filtros llamados Toaster o Nashville, y me gusta ir a bares con aspecto antiguo y clientela más antigua aún (Al Vicente Copas y Al Colette a zampar).

Bueno, quizá sí que sea un hipster porque… hasta tengo un blog!

Eso sí. Las cupcakes de mi pueblo son las mejores del mundo. Mierda, ya estoy infectado. Matadme por favor.